jueves, 29 de mayo de 2014


Fichero de actividades de Sensibilización Ambiental y Propuestas Didácticas
                                              Se canta al Sol
Sol, solito,
caliéntame
un poquito, para hoy, para mañana,
para toda la semana;
llamaremos a mi abuela,
para que toque la vihuela,
llamaremos al pastor
para que toque el tambor.
Sol, solito,
alúmbrame un poquito, hoy, y mañana,
y toda la semana;
Abriremos la ventana
Nos deslumbra
las caras
Abriremos el balcón
Nos alegra el corazón
(Adaptación libre de canción popular)

  • ¿Qué es?
  • ¿Qué es lo que alumbra en el cielo?
  • ¿Qué es que siempre me ve?
  • Es el Sol, amarillo y redondo.
  • Es redondo y naranja también.
  • ¿Qué hace el Sol subido en
  • el cielo?
  • ¿Qué tan solito se ve?
  • Alegrarnos cada mañana
  • Con su luz y con su calor también.


Din Don
Din, din, din la mañana ya está aquí.
Don, don don el Sol ya salió.
El Sol nos calienta,
ilumina la hierba,
los pájaros
 y las flores
de muchos colores.
Din, din, din la mañana ya está aquí.
Don, don, don el Sol ya salió.
(Adaptación libre de canción popular)


viernes, 23 de mayo de 2014


CUENTO UTILIZADO PARA LA PRESENTACIÓN DE LA TÉCNICA DE LA TORTUGA

Historia de una tortuga

En una época muy remota vivía una tortuga joven y elegante. Tenía 6 años de edad y justo entonces acababa de empezar 1°A. Se llamaba Tortuguita.

A Tortuguita no le gustaba ir al colegio. Prefería estar en casa con su madre y su hermanito. No

quería estudiar ni aprender nada de nada; sólo le gustaba correr y jugar con sus amigos o pasar

las horas muertas viendo la televisión. Le parecía horrible tener que hacer cuentas y más

cuentas; y aquellos horribles problemas de matemáticas que nunca entendía. Odiaba con toda el

alma leer y lo hacía bastante mal y era incapaz de acordarse de apuntar los deberes que le

mandaban. Tampoco se acordaba nunca de llevar los libros al colegio.

En clase, jamás escuchaba a la maestra y se pasaba el rato haciendo ruidos que volvían locos

a todos. Cuando se aburría, y sucedía muy a menudo, interrumpía la clase chillando o diciendo

tonterías que hacían reír a todos. En ocasiones, intentaba trabajar pero lo hacía rápido para

terminar cuanto antes y se volvía loca de rabia cuando, al final le decían que lo había hecho mal.

Cuando esto sucedía arrugaba las hojas o las rompía en mil pedazos. Así transcurrían los días.

Cada mañana, camino del colegio, se decía a sí misma que iba a esforzarse todo lo posible para

que no la castigasen en todo el día. Pero, al final, siempre acababa metida en algún lío. Casi

siempre se enfurecía con alguien y se peleaba constantemente, aunque sólo fuera porque creía

que el que le había empujado en la cola, lo había hecho a propósito. Se encontraba siempre

metida en dificultades y empezó a estar harta del colegio. Además, una idea empezó a rondarle

por la cabeza; «soy una tortuga muy mala», se decía. Estuvo pensando esto mucho tiempo

sintiéndose mal, muy mal.

Un día, cuando se sentía más triste y desanimada que nunca, se encontró con la tortuga más

grande y más vieja de la ciudad. Era una tortuga sabia, tenía por lo menos 100 años y su tamaño

era enorme. La tortuga sabia se acercó a Tortuguita y le preguntó qué le ocurría. Tortuguita tardó

en responder impresionada por semejante tamaño. Pero la vieja tortuga era tan bondadosa como

grande y estaba deseosa de ayudarla. «¡Hola!», dijo con voz inmensa y rugiente, «voy a contarte

un Secreto. ¿No comprendes que llevas sobre ti la solución para los problemas que te agobian?»

Tortuguita no sabía de qué le estaba hablando. «¡Tu caparazón, tu caparazón!», exclamó la

tortuga sabia, «¡para eso tienes una coraza! Puedes esconderte en su interior siempre que te des

cuenta de que lo que estás haciendo o diciendo te da rabia. Entonces, cuando te encuentres

dentro de tu caparazón dispondrás de un momento de tranquilidad para estudiar tu problema y

buscar la mejor solución. Así que, ya lo sabes, la próxima vez que te irrites, métete inmediatamente en tu caparazón».

A Tortuguita le gustó la idea y estaba impaciente por probar su nuevo secreto en el colegio.

Llegó el día siguiente y, de nuevo, Tortuguita cometió un nuevo error que estropeó su hoja de

papel blanca y reluciente, empezó a experimentar otra vez sentimientos de furia y rabia, y cuando

estaba a punto de perder la paciencia y arrugar la hoja, se acordó de lo que le había dicho la

vieja tortuga. Rápida como el rayo, encogió sus brazos, piernas y cabeza, apretándolas contra su

cuerpo, deslizándose hacia el interior de su caparazón. Permaneció así hasta que tuvo tiempo de

pensar que era lo mejor que podía hacer para resolver su problema con la hoja. Fue estupendo

para ella encontrarse allí tan tranquila y confortable dentro de su caparazón donde nadie podía

molestarla.

Cuando por fin salió de su caparazón, se quedó sorprendida al ver que su maestra le miraba

sonriente. Tortuguita explicó que se había puesto furiosa porque había cometido un error. La

maestra le dijo que estaba orgullosa de ella porque había sabido controlarse. Luego, entre las

dos, resolvieron el fallo de la hoja. Parecía increíble que con una goma y borrando con cuidado, la

hoja pudiera volver a quedar limpia.

Tortuguita continuó aplicando su secreto mágico cada vez que tenía problemas, incluso en el

recreo. Pronto, todos los niños que habían dejado de jugar con ella por su mal carácter,

descubrieron que ya no se enfurruñaba cuando perdía en un juego ni pegaba a todo el mundo

por cualquier motivo. Al final de curso, Tortuguita aprobó todo y jamás le faltaron amigos

jueves, 22 de mayo de 2014


El profesor mediocre, dice. El buen profesor, explica. El profesor superior, demuestra. El gran profesor, inspira"... William Arthur Ward


Técnica de la tortuga para ayudar a los niños hiperactivos

La hiperactividad en los niños es muy común, esta ocasiona que los mismos no sean capaces de prestar atención a una misma cosa durante varios minutos. Para las personas que se encuentran en un lugar con un niño hiperactivo es un poco molesto, pero para los menores es aún peor, ya que los padres y los otros adultos no entienden que le está pasando al niño y lo que hacen es proporcionar regaños y castigos.

La hiperactividad es un problema para el aprendizaje de los niños, porque no colocan el suficiente empeño para entender los temas que se requieren en el desarrollo intelectual. La técnica de la tortuga lo que hace es que los pequeños se protejan por medio de un caparazón cuando se sientan agredidos o cuando quieran controlar diferentes emociones que dejan efectos negativos.

La importancia de la técnica de la tortuga en los niños hiperactivos consiste en que se invita a los pequeños con la ayuda de algunos incentivos para que tomen un momento de quietud y relajación, para que se tranquilicen y pueden volver a realizar las actividades propuestas como son las académicas. Esta técnica es apropiada para los niños que se encuentran en primaria.

Técnica de la tortuga para el control de la hiperactividadHiperactividad. Técnica de la tortuga

Fases de implementación de la técnica de la tortuga

Para aplicar la técnica de la tortuga en los niños pequeños de forma efectiva es importante tener en cuenta tres fases, que se implementan respectivamente en tres semanas. Cuando se termine el proceso el niño va a responder de forma inmediata a algunas señales.

  1. Fase: En la primera semana para que los niños respondan de la forma deseada ante la palabra tortuga es necesario contarles la historia de la tortuga, después se realiza una práctica dirigida para que los pequeños sepan cómo detenerse y meter la cabeza entre los hombros y encorvar el resto del cuerpo, con el objetivo de tener un momento de relajación y estar como si en realidad estuvieran en el caparazón. En esta primera fase también es necesario que se realice una práctica individual, de forma que el niño con problema de hiperactividad, entienda que hacer cuando escuche la palabra tortuga.
  2. Cuando el niño ha aprendido en que consiste la técnica de la tortuga debe aprender a relajarse por medio de la misma. Cuando relaja los músculos se le olvida que tiene demasiada energía o que no se puede quedar quieto, que es lo que le sucede a los niños hiperactivos. Es importante que los niños entiendan cuando necesitan tomarse este descanso, para después reanudar las actividades normales.
  3. En la tercera fase se debe enseñar tanto a los padres como a los niños, como por medio de la relajación que proporciona esta técnica se puede solucionar el problema de hiperactividad. Para tener una conclusión más apropiada es apropiado reunir a varios niños que tengan el mismo problema.

La técnica de la tortuga es un método de autocontrol que funciona durante mucho tiempo después, ya que el cambio es voluntario, por medio de un método llamativo y divertido.

 

"No es mejor maestro el que sabe más, sino el que mejor enseña". (Vanceli)